Al no poder lidiar con la realidad que presenta nuestra sociedad, algunos optan por zambullirse en un submundo temporal e imaginario. Necesario para escapar, por lo menos, al finalizar un largo día o simplemente para iniciarlo.
No importa cómo. No importa por qué. Tampoco importa dónde. Nos encontraremos dialogando con personajes impensados. Tratando temas que nunca antes nos habían importado. Haciendo lo necesario para poder mantenernos alejados de lo que se impone como “normal”.
Para qué evitar mirarlos, si allí están. Con sus risas enajenadas, propias de un grupo de personas que maneja sus propias reglas y tiempos, sin esperar nada de mí. En realidad, de nadie. Esa ayuda que algunos dicen reclamar, provendrá en el próximo trago.
Este territorio oscuro, pero inevitable para esas almas forjadas por los golpes que recibieron al andar, merece que algunos artistas relaten su pesar. Describirlos, con estrofas que incomodan la sonrisa del niño que voltea su cabeza para poder retener la escena, y poder preguntar con posterioridad ¿Por qué?
Esto es lo que trata de hacer Ángela Tullida con su música. A lo largo de su discografía, los tullidos lograron ilustrar un sinfín de actores del folklore local de éste mundo alternativo, al que muchos recurren sin darse cuenta.

Por definición, dentro de nuestro querido tango, resulta necesario hablar de las penas que sufren aquellos olvidados. AT basa su melodía un poco en éste ritmo, mezclándolo con una tintura espesa y oscura que en su etiqueta dice llamarse Tripas corazón. Es por esto, que no nos tiene que sorprender entonces el Cabaré ni tampoco Tumba Carnero.
De espalda contra la pared, en cuclillas y mirando al piso, nos logramos acomodar de un modo tal, que pasamos desapercibidos en la escena. De esta manera buscamos no intervenir en los diálogos entre esa Vieja Loca y el Arácrata.
Ya nos atraparon: los tullidos se permiten ir y venir a su antojo en la constante penumbra a la que remiten sus letras y canciones.
Adelante y suerte nos dirán cuando queramos reincorporarnos y sin pensarlo el Estagiario nos dedica una balada de despedida.
Me jacto de decirlo, pero tenemos la posibilidad de verlos en vivo y resultará irremediable perdernos con esta pequeña y única banda, que pocos conocemos y que muchos desearán volver a ver.
Gracias hermanos tullidos por tantos años de verdades ajenas, que alimentan a mi alma cansada y que me inspiran a ver más allá.
myspace de angelatullida
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