¿Cómo fue el proceso de producción de Marathón, la obra que este año se presentó en el Cervantes?
Ahí influyó en la búsqueda mi paso por el guión cinematográfico. Fue una deliberada búsqueda de un panorama más realista que el guión cinematográfico me había brindado. El cine indefectiblemente lleva a un tipo de relato más realista, y me permitió descubrir que en mí también existía ese relato como posibilidad porque yo lo consideraba descartado. Porque a mí lo que me motivaba a escribir era otro tipo de material u otro tipo de imágenes más cercanas a lo onírico o a lo expresionista. Con el cine descubrí que también podía tener una narrativa más realista. Ese es uno de los planos de la obra pero por supuesto intervienen también todos los otros planos que a mí siempre me interesó indagar, que no es la realidad inmediata sino realidades más profundas. Y en ese nivel de profundidad están primero los sueños, que están incorporados también a la maratón, y por debajo de los sueños una especie de sueño o inconciente colectivo en el cual se expresan los mitos. Aquello que de alguna manera está inscripto en la memoria más profunda de los participantes y que tienen que ver con experiencias históricas transcendentales que de alguna manera los han llevado hasta ese punto, en el que están como arquetipos. Y estos mitos a su vez tienen una intención no solo de ubicación histórica sino que también tienen una especie de decurso metafísico. Así como los sueños son individuales, también transcurren en una especie de sueño selectivo más profundo que es este sueño respecto de qué es Sudamérica, este sueño sudamericano. Si vos te fijas en cada mito se habla de sueños. “mi sueño es…tal cosa”. El sueño del industrial, “ríos de electricidad”, un sueño que fracasó, una industria que fracasó; el sueño del terrateniente es una especie de generalizado matadero y el sueño de los fascistas, el sueño de la paz de los cementerios, América como un cementerio. Entonces, América como una tierra de bienaventuranza en el primer mito, el de las conquista. América como un territorio de la libertad en el caso de la emancipación; América como un matadero en el caso de los terratenientes ganaderos, sueño de América industrial en el caso del industrial quebrado y América como una especie de cementerio en el mito fascista. Y ahí termina la evolución porque está escrita en el contexto de la dictadura cívico militar y por lo tanto es el lugar de llegada para la obra, se cierra en la búsqueda de memoria.

Esto que menciona respecto de los mitos, esta relación entre lo metafísico y la historia, propone una suerte de inversión respecto de cómo se piensa comúnmente esa relación. Porque en general se trata de explicar la historia desde una perspectiva metafísica y acá es al revés es la historia la que explica el nivel metafísico de los personajes.
Claro. De alguna manera es la experiencia histórica la que adquiere una connotación mítica relacionada con la expectativa que la condición humana deposita en algún sueño colectivo, que a su vez interrelaciona con los sueños individuales de los participantes de la maratón y con el sentido general de la obra: esta aspiración, siempre del ser humano, de ir tras de un sueño que puede ser una fantasmagoría y que en Marathón está simbolizada en el premio.
Lo que usted propone se diferencia notoriamente de cómo se concebía predominantemente la relación entre historia y lenguaje teatral en los 70 y los 80, se parece más al modo en el que el teatro actual trabaja esa relación.
Yo he seguido una dialéctica propia. No me he fijado mucho en lo que ocurría en el contexto. Sí lo registro y lo conozco, pero yo seguía una búsqueda personal así que nunca pensé si tenía o no tenía relación con lenguajes de época. Sí en mis primeras obras se nota más está concomitancia. Me refiero a Una noche con el señor Magnus & hijos en donde hay una concomitancia con un teatro o una estética parricida, que está relacionada con varias obras que tratan este tema como Chau papá, de Adelach o extranjeras como La noche de los asesinos, de José Triana. Siempre me señalaron esa relación o concomitancia con de esa obra y mi obra, y yo no la conozco; se ve que es un movimiento generacional que tiene que ver, evidentemente, con la rebelión contra los padres que es de esa época y tiene que ver con el mayo francés.
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